viernes, 6 de abril de 2012

Monumento a Arctic Monkeys: "Brick by Brick" (Lollapalooza, Chile 2012)


En el marco de la segunda edición del Festival Lollapalooza, en la capital Chilena, donde unas 50.000 almas activaron para el cierre de la primera fecha del evento, que tenía a la banda británica Arctic Monkeys como uno de los headliners.

Provenientes de Sheffield, los Monkeys son los nuevos embajadores de la “Ciudad de Acero”, conocida así por su alto desarrollo industrial durante el siglo XVIII y también por haber dado luz a grupos como: Moloko, The Human League, Def Leppard, Cabaret Voltaire o Pulp.



Luego de una veintena de bandas chilenas y con los norteamericanos Cage the Elephant, quienes dieron inicio a las propuestas anglosajonas que desfilaron en ese primer día, llegaba el turno de los Arctic Monkeys, por primera vez en Chile, con un público que se apretujaba y no paraba de gritar mientras los integrantes del grupo se acomodan los instrumentos antes de iniciar el primer acto.

Un Alex Turner vistiendo una chaqueta de cuero y con un "jopo" que parecía haber sido peinado con una navaja, empieza sólo con los acordes de la canción “Don't Sit Down 'Cause I've Moved Your Chair”, de su último trabajo 'Suck it and see', en cuyo desenlace, el resto de la banda atropella para que choquen cabezas en el predio.

Acto seguido, Matt Helders inicia el básico “Teddy Picker”, tema que se extrae de su segundo trabajo de estudio: “Favourite Worst Nightmare”, del 2007. A su término, los músicos saludan a los presentes, cuya respuesta de bienvenida fue con eufóricos gritos. Luego sonaron temas como: “Crying Lightning”, la encantadora “The Hellcat Spangled Shalalala” y “Library Pictures”, que marcaban la hoja de ruta del recital, con un Alex Turner muy entusiasmado.

Sin previo aviso, “Brainstorm” detona de esos parlantes, y se esparce en un mosh pit generalizado que detuvieron por un momento los flashes de las cámaras, para disfrutar de una pieza donde el solo de bajo distorsionado de Nick O'Malley, toma el protagonismo en el nudo de la canción y una posterior pausa que da respiro, para luego volver a encender lo que parecía una licuadora humana a su final.

Pero los Arctic Monkeys no pensaban dar tregua y se vino “The View for the Afternoon”, tema que da apertura a “Whatever People Say I Am, That's What I'm Not” de 2006, seguido del sencillo de esa misma placa, el inolvidable “I Bet you Look Good On the dance floor”, su primer sencillo que asombró en su momento por su sucia sencillez, destacándose en un año donde no paraban de brillar grandes bandas desde el Reino Unido, como: Kaiser Chiefs, Franz Ferdinand, The Klaxons y la vuelta de Pete Doherty, pero como un Babyshamble.

Luego, “Brick by Brick” y “This House is a Circus”, para que los compases guíen el ritmo cardíaco del público, luego “I still Take you Home”, que trajo el dionisismo que ya reemplazaba a la razón y todos gritando la parte que dice: "YOU KNOW NOTHING!"

Continuaron con: “Evil Twin”, el poderoso “Pretty Visitors”, donde se puede apreciar en la batería a un Matt Helders a punto de convertirse en un pulpo de 10 brazos desde la retaguardia, también: “If where there, bevere”, el tema homónimo a su cuarto álbum “Suck it and See” y “Do me a Favour” para descansar.

El cuarteto se retiraba triunfante de las tablas, pero faltaba más y la gente deprecaba por su regreso, no iba  a ser fácil bajar del escenario. Entonces retornan para el 'encore' y suenan las primeras estrofas de la canción "When the Sun Goes Down", previo a esa ráfaga de emociones y punzantes guitarras que dan forma a esa gran genialidad.



El aire alcanzaba para cantar las canciones o respirar, la mayoría optó por lo primero. Se acaba la canción y se despedía sol, posteriormente tocaron el nuevo tema, "R U Mine", que fue lanzado para el Record Store Day de este año y luego su hit más radial: "Fluorescent Adolescent".

Es ahí cuando los Arctic Monkeys vuelven a despedirse de su audiencia y Turner se sienta en un teclado y emite las cálidas dos notas que nos transportan de vuelta a "505", para cubrirnos luego de una intensa performance, que exigió de mucho esfuerzo físico y mental.  Al acercarse el fin de la canción, el mismo Turner se levanta y toma su guitarra hasta quedar solo, sentenciando la jornada.

Tanto maltrato más tarde fue subsanado por Bjork, quien estaba a continuación y nos sumergió en un océano plagado de multicolores bichos de mar..

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